La relatividad es agotadora. El único consuelo, quizás: es infinita. La inexistencia, como una llamarada, arde en innumerables dibujos.
viernes, 10 de enero de 2014
relatividad
La relatividad es un poco cansadora. Tanto rumiarla me acerca compasivamente al fanatismo, intentando huir de la incertidumbre masiva y el hastío. Lo atractivo de las certezas es que otorgan enemigos y guerras que nos abrigan en la noche. No elegimos ser creyentes o incrédulos; todo nos es dado, por un tiempo. Buscamos algún sentido que mantenga las velas encendidas. Fiestas, dioses, amores, pasiones, libros.
La relatividad es agotadora. El único consuelo, quizás: es infinita. La inexistencia, como una llamarada, arde en innumerables dibujos.
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